Algo que caracteriza a Cambiemos, y por lo cual muchos analistas aducen parte de su victoria [primero en las presidenciales de 2015 y luego en las legislativas del año pasado], es a la comunicación política que ha tenido el PRO, aprovechando la famosa grieta que hace más de una década protagoniza con el Kirchnerismo. Nunca antes se había nombrado, o se le había dado tanta entidad, a un asesor de imagen del Ejecutivo Nacional como sí le dio esta gestión al suyo: el ecuatoriano Jaime Durán Barba. Raramente, sus estudios no están basados en la comunicación social ni política sino en la filosofía de la corriente Escolástica que estudia la revelación religiosa del cristianismo [bastante paradójico, durante estos días, cuando el presidente fue muy criticado por no saber persignarse el pasado 25 de Mayo en el tradicional Tedeum, realizado en la Catedral Metropolitana].
Uno de los especialistas que ha analizado la comunicación política actual es Mario Riorda, quien también es docente, politólogo, investigador, asesor y consultor en esa área. Riorda fue el orador en la última jornada del curso de Comunicación Política que brindó el Instituto de Capacitación Parlamentario [ICAP] junto a la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales [FLACSO] en el Congreso de la Nación Argentina. Los estudios e investigaciones que realiza Riorda están vinculados con las estrategias electorales, la comunicación gubernamental y la comunicación de crisis en gobiernos latinoamericanos. En esta jornada, el politólogo se explayó sobre la construcción y el análisis del discurso político y la comunicación política interna y externa.
En tiempos turbulentos como los que vive hoy nuestro país, hablar de cómo comunicar la crisis por parte del gobierno actual es un análisis muy enriquecedor, no sólo para entender la visión de quienes conducen la Nación sino también para ‘entrenar el ojo’ y nuestro pensamiento crítico vinculado a los hechos reales vs. los hechos que quieren imponernos como foco principal.
Riorda abrió tajante: "Los actores de la comunicación política son las nuevas 'celebrities', sobre todo los consultores que hoy son como una especie de showmen".
Es imposible no relacionar esto con Durán Barba, dado que es una de las figuras más importantes de Cambiemos y casi la más destacada, incluso por la oposición del PRO. En este mismo curso, pero en jornadas anteriores, ha sido citado por el comunicólogo y docente Fernando Peirone quien lo destacó como un gran conocedor y analista de la comunicación política y quién, a su vez, “hace que Macri hable mucho más de problemas vecinales que de problemas político-sociales a nivel macro” [de ahí la idea del famoso y ya instalado ‘timbreo’ por parte de los funcionarios oficialistas]. Es decir, Durán Barba intenta permanentemente, sobre todo en esta época de crisis, crear la imagen de un presidente más preocupado por los problemas cotidianos de los vecinos, que de las negociaciones con el FMI. De hecho, semanas atrás en C5N, durante una entrevista con el periodista Alejandro Bercovich, Horacio Verbitsky señaló a Durán Barba como “uno de los funcionarios más eficientes del macrismo, dado que crea una realidad actual inexistente y que los ciudadanos ‘compran’ como una verdad absoluta y certera”.
Es claro que los ciudadanos nos informamos acerca de las actividades que integran la agenda política a través de los medios de comunicación y que, al mismo tiempo, son los que ‘deciden’ qué debemos saber [y lógicamente, lo que no]. Riorda, en su exposición, sostuvo que la vinculación existente entre la política y los medios, da como resultado “un entretenimiento más, como cualquier otro, consumido por la gente”, sin embargo, agregó que "no hay otra opción que entender que la comunicación es indivisible de la política".
Para explicar un poco más esta relación, Riorda retomó a la clásica Teoría Crítica que “era y es un abordaje prácticamente de izquierda donde se analiza a los actores políticos; en los '90 surgió una contracara que es el Marketing Político más cercano a las relaciones públicas" y que es lo que hoy prima, sobre todo, en el gobierno de Mauricio Macri.
"La política, luego de su relación con los medios, comenzó a ser vista como un entretenimiento político", retomó Riorda, y ese ‘entretenimiento’ se divide entre las comunicaciones políticas cortoplacistas y, las otras que son a largo plazo: las primeras están apuntadas a los periodos electorales y las segundas, a las gestiones gubernamentales. Desde ya, que durante un periodo previo a elecciones, los políticos tienden a mostrar [se] como los futuros salvadores de la sociedad realizando promesas a cumplir, una vez ganada dicha elección. Durante la gestión ya ganada, lógicamente, los políticos [en este caso el Ejecutivo] deben comunicar las obras realizadas y las complicaciones o crisis que está atravesando la Nación. El foco de la gestión actual se centra, para muchos analistas, en comunicar la ‘realidad’ revestida de discursos de confianza en un futuro que ya va a llegar [aunque falten menos de dos años para terminar el mandato], de palabras de aliento y alegría [esa promesa de ‘revolución macrista’ que por el momento no se dio], la permanente culpa a gobiernos anteriores que ‘se robaron todo’ y el final implacable del “sí se puede” cuando hay ciudadanos y pymes que no logran pagar las tarifas porque los aumentos han sido llevados a cifras descomunales.
Ante los discursos impartidos por el Jefe de Estado, Riorda afirmó que “cuando analizamos la comunicación de un gobierno, estamos analizando una parte [pública] de la gestión del mismo; los discursos políticos actuales, duran minutos porque hoy la comunicación es más rápida y están despojados de los atributos correspondientes a la vieja usanza y, por otro lado, porque Macri no es una persona que tenga buena oratoria".
En definitiva, la comunicación política que elige hacer el PRO, está enfocada en la esperanza de un futuro mejor y en la credibilidad que tiene que tener el pueblo en sus gobernantes porque ellos son los que Argentina necesita para un cambio positivo. Mientras tanto, la realidad palpable, relata represión ante la libertad de prensa, ajustes para la clase media/baja, vaciamientos de instituciones públicas y una falta de trabajo cada vez más presente.
Sin embargo, en este escenario, Macri y Durán Barba siguen sosteniendo que un país mejor “sí, se puede.”
Periodista: Laura Impellizzeri
Tw:@LauImpellizzeri
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